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Madre...Mi mundo de los sueños.
En esta noche de torrente calma me inspiro en darte un poema, muchos se han escrito pocos se han guardado y al paso de los siglos sigo inspirado; pongo mi mente en blanco, dejando que fluya el elixir de los sueños.
Disfrazo las letras de mi pluma conviertolas en flechas, que dejan una estela de vividos colores mientras que atraviesan, el manto del silente olvido buscando el blanco que palpita en tu corazón dormido; encuentro el fruto de un recuerdo por el cual yo vivo.
En un abrazo de pasión nacido enmarcas tus recuerdos al contemplar la obra de aquel momento intenso, por siempre compartido.
Ni el paso de los años las penas y arduos sacrificios; dilatan aunque quieran inquietos pensamientos sin decir siquiera yo me lamento. Las canas por doquier atraen mi mirada pausa encaminada al verte con ternura y decirte con finura, mi alma esta encantada.
Mi mundo de los sueños es amplio y definido las reglas ya no cuentan, la vida ya no importa el tiempo ya no pasa; es mi mundo de los sueños.
Contemplo en lontananza la regla aun no escrita, el diseño de mi vida la fruta aun no tomada. Los besos que me diste, en forma atesorada construyen cada paso en forma acalorada. Metas que me diste metas ya ganadas.
Tus nietos te lo dicen su idioma no es el mismo, espero que no pienses que te hayan olvidado reflejan cada día, tus reglas bien guardadas.
Y mientras más lo pienso encuentro en lo profundo un ángel de dulzura que labra mi camino, permíteme decirte, gracias alma mía.
Aún cuando el elixir del mundo de los sueños, de pronto se ha acabado, no cambio por ninguno mi mundo... de los sueños.
Autor: Jorge E. Arévalo C.